La industria farmacéutica en Argentina y su transformación hacia una industria más flexible e innovadora

Abstract

La industria farmacéutica es una de las más grandes y prosperas a nivel mundial. En Argentina, no es la excepción. A diferencia de otras industrias donde no todos los grandes players mundiales dicen presente en el país, en la industria farmacéutica, todos los grandes laboratorios extranjeros dicen presente en Argentina a pesar de las múltiples crisis que solemos enfrentar. Laboratorios con más de 100 años de presencia y laboratorios que siguen aterrizando en los últimos años a pesar del contexto adverso. Esto refleja que Argentina es un país importante para la industria farmacéutica. Sin embargo, la presencia de jugadores internacionales no tiene su espejo en una industria innovadora. El surgimiento repentino de la pandemia del coronavirus puso de manifiesto algunas limitaciones como la disponibilidad solo en farmacias y/o la falta de venta online. No sólo se analizaron en esta tesis las diferencias de la industria en Argentina con el resto del mundo sino también las amenazas que podría sufrir la industria por parte de empresas de consumo masivo que se ven atraídas por mejores márgenes en la industria de la salud y contando como ventaja con procesos y políticas internas más innovadoras. Se analizó también lo ocurrido en otras industrias donde empresas con soluciones innovadoras como Netflix o Uber eliminaron parcial o totalmente a aquellas ofertas tradicionales. ¿Es posible que ocurra esto en el ámbito de la industria farmacéutica? En el presente trabajo, conocimos qué limitaciones hay para que la industria se modernice y flexibilice: el rol de los sindicatos, las regulaciones, las farmacias, la cultura argentina y los distintos actores con sus propias tensiones. La industria farmacéutica está atrasada en Argentina y es una realidad. Las responsabilidades de esos atrasos son numerosas. Deben cambiar numerosas condiciones para que el país pueda imitar tendencias globales. Veremos que las condiciones no están dadas para agilizar y buscar ese avance, los riesgos para el paciente son mayores a los beneficios, al menos en la actualidad y en los próximos años.