Miralles y Buenos Aires: paisaje, río e infraestructura poética
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Albarracin, Santiago
Fecha:
2023Resumen
Las últimas décadas del siglo XX significaron un gran cambio dentro de la arquitectura y el urbanismo, ya que las ciudades se han visto en la necesidad de ir evolucionando según la sociedad lo demandaba. Mayores flujos de personas y bienes pedían una actualización de sus infraestructuras, y en muchos casos relocalizarlas, por lo cual, se fueron dejando lugares vacíos, afectando notablemente a su entorno.2
El urbanismo de paisaje desarrollo una capacidad de detectar cuales eran los problemas que las ciudades presentaban en ese momento, abogando a que la ecología no esté por fuera de la ciudad, sino más bien apostar a la mezcla entre naturaleza y ciudad. Con este enfoque claramente ecologista, ampliando las dimensiones de lo natural, lo humano, y lo no humano, es que emprenden estos nuevos proyectos. Su localización suele ser en sectores desechados, marginalizados, periferias, pero que presentan un gran potencial. Buscan considerar y recuperar la memoria del lugar, establecer lazos sociales, potenciar el espacio público y dotarlo de calidad.
De todas las intervenciones que se han dado en la costa del Río de la Plata en Buenos Aires, muy pocas han escapado a los clichés y fórmulas establecidas por los manuales y la ortodoxia del urbanismo. La gran mayoría han prolongado la grilla de la ciudad, enalteciendo los iconos sagrados de la ciudad, consagrando sus ejes, quedando el espacio público y de recreación como el remanente de esa operación. Además de seguir mirando hacia adentro y relegar al río, a pesar de estar cada vez más cerca de él.
El proyecto de EMBT para el Concurso de Retiro, se inspira de unas imágenes del río de Amancio Williams, proponiendo acercar a las personas al río, deviniendo en un proyecto de paisajismo, donde se integra la arquitectura, la naturaleza y las infraestructuras del lugar. El diseño del paisaje ameniza el sector, e integra de una manera muy natural los diferentes sectores por los cuales se emplazaba el área del concurso. El proyecto logra establecer una conexión entre el Parque 3 de Febrero y la Plaza Canadá atravesando sectores con programas de viviendas, gastronómicos, de paseo y actividades físicas, para desembocar en el sector de oficinas. (Figura 1)
Más de un cuarto de siglo después, viendo el estado actual del sector, muy parecido al del concurso, nos obliga a pensar qué tipo de espacios públicos queremos para nuestra ciudad, espacios más integrados, donde coexistan naturaleza y edificios, que desafían los límites planteando nuevas alternativas. Un sector donde los espacios están más interconectados y con una estrategia menos especulativa, pensada para los habitantes y el disfrute de los espacios.