Los viajeros del tango : anclados en New York
Autor/es:
Matallana, Andrea
Fecha:
2016-05Resumen
La llegada del tango a los Estados Unidos se realizó a través de tres vías: la primera, como resonancia europea (donde el tango se había instalado desde fines de siglo) porque mirar a Europa como el escenario de la sofisticación, el buen gusto y la alta cultura era una estrategia ampliamente esgrimida por la alta burguesía de New York. Así es que a comienzos de siglo XX se imitaban las modas de las principales ciudades de Europa y, en la medida en que llegó a los altos círculos sociales de Francia e Inglaterra, los norteamericanos la importaron. La segunda, vinculada a la anterior, fue la danza. Los cambios sociales de estos años trajeron las novedades en los ritmos bailables. En este sentido, el one step, el maxixe y el tango se incorporaron a los festejos de la high society (por medio de las patrocinadoras de bailes, por ejemplo) y, posteriormente, se socializó en los diversos centros nocturnos. En este sentido, el instructor de baile (profesional o amateur) fue indispensable hasta que se incluyó en los manuales de danza y llegó a las academias profesionales. La tercera vía de inclusión fue el procesamiento que las industrias culturales hicieron de este ritmo. La expansión del tango coincidió, y no casualmente, con el éxito del consumo de los nuevos soportes sonoros (fonógrafos, gramófonos, cilindros y discos) que se diversificaron en modelos y nuevos sonidos.