UNGASS 2016 : ¿cuáles son los factores que explican el adelantamiento de la cumbre que estaba pautada para 2019?
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Metadata
Show full item recordAuthor/s:
Ruiz Baltar, Facundo
Advisor/s:
Tokatlian, Juan Gabriel
Thesis degree name:
Licenciatura en Estudios Internacionales
Date:
2017-06Abstract
Hace décadas que la comunidad internacional se ha empecinado en afrontar el fenómeno de las drogas ilícitas como un problema de seguridad. En este marco, el paradigma de “guerra contra las drogas” impulsado por Estados Unidos se ha convertido en la bandera de varios países en distintas regiones del mundo. Con la represión como estandarte, este enfoque no sólo ha fracasado en solucionar la producción, el tráfico y el consumo de estupefacientes, sino que con el correr del tiempo, además, ha generado inmensurables daños colaterales. Esta situación de deterioro, evidente especialmente en América Latina, fue el factor principal que motivó a Colombia, México y Guatemala a exigir el adelantamiento de la tercera Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas (UNGASS, por sus siglas en inglés) sobre drogas –que iba a llevarse a cabo en 2019–, con el objetivo de revisar profundamente la política represiva. Sumado a esto, la creciente participación de distintas organizaciones de la sociedad civil en el debate, como así también la reciente y cada vez más frecuente aplicación de medidas alternativas –focalizadas en el bienestar de las personas– por parte de distintos países en el ámbito local y nacional, se convirtieron en factores fundamentales que contribuyeron a realizar la cumbre con anticipación. Este trabajo establece que la conjunción de estos factores permitió generar un contexto favorable para impulsar un cambio de paradigma en el marco de la comunidad internacional. Sin embargo, la UNGASS 2016 terminó convirtiéndose en una oportunidad perdida para avanzar en dicho camino y más allá de algunos simples retoques, no hizo más que re-afirmar los principios defendidos por la lógica prohibicionista. A pesar del fracaso de la cumbre, se sostiene que aún hay lugar para el optimismo de cara al futuro. Es menester abandonar por completo el enfoque de “guerra contra las drogas” y pensar el fenómeno como un problema de gobernabilidad y no de seguridad, adoptando una lógica con principios centrados en la persona y con objetivos realistas y a largo plazo. Para concretar esto, se requiere de mayores esfuerzos y coordinación entre los distintos actores, tanto a nivel nacional como regional e internacional.