Para Aldo, con el cariño de una argentina
Autor/es:
Agrest, Diana
Fecha:
1998Resumen
Aldo Rossi fue un gran amigo y una presencia inspiradora,
una de esas amistades que se dan pocas veces en la vida y por la
cual me siento afortunada.
Conocí a Aldo Rossi en Nueva York en 1975 cuando vino por
primera vez a dar una conferencia al IAUS y Mario Gandelsonas y
yo lo recibimos. Inmediatamente se estableció una corriente de
amistad. Era un momento muy particular, muchas cosas habían
pasado y aún estaban pasando en la escena de la arquitectura.
Este fue el primer contacto, por lo menos público, de Rossi con
Nueva York.
Educado en un colegio jesuita, Rossi hablaba castellano perfectamente,
un idioma que amaba. Para establecer el contexto en
términos de una autobiografía científica, parafraseando a Rossi,
tengo que retroceder un año más.