Aldo Rossi, oficio y continuidad
Autor/es:
Brandolisio, Marco
da Pozzo, Giovanni
Scheurer, Massimo
Tadini, Michele
Fecha:
1998Resumen
Hemos vivido por quince años el trabajo desarrollado en la
bottega de Aldo Rossi, como él amaba llamarla. Bottega porque
Aldo había siempre renegado de las estructuras de gran estudio
profesional, aun cuando, en los últimos años, los numerosos
encargos recibidos y los muchos proyectos que entraban en obra
en distintas partes del mundo habían exigido la apertura de
diversos estudios de apoyo in loco.
Y sin embargo, no obstante todo esto, había logrado transformar
cada uno de estos estudios diseminados por el mundo en una
escuela donde algunas afortunadas y privilegiadas personas seguían
directamente y en estrecho contacto con él los proyectos.
«Creo en la individualidad y en mi estudio como un taller» escribe
en la bellísima introducción al tercer volumen de Electa dedicado
a su obra, donde afirma «me siento más semejante a un director
cinematográfico y me parece transmitir a los otros esa ignota
sabiduría y esa oscura inocencia que siempre me ha seguido ... ».
Acompañábamos directamente el nacimiento de cada proyecto y
de él hemos aprendido el mestiere de Arquitecto, porque Aldo era
un gran profesional. Y nos ha transmitido sobre todo un método,
es decir, cómo plantear el trabajo, el modo de tratar con el comitente,
cómo afrontar las diversas situaciones que se presentan cada
vez sin descuidar el aspecto cultural y técnico-constructivo.